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Así se organizó el periódico hecho por jóvenes en Polonuevo

En los primeros meses del año 2000, un grupo de jóvenes inquietos y deseosos de abrir espacios que les permitan actuar decisivamente dentro de la comunidad se reúnen con la intención de organizar un comité de juventud, como se estaba dando en otros municipios de Departamento.

El alcalde municipal de ese momento, Alfonso Javier Martes, los apoya y se crea el comité con la participación de jóvenes de grupos organizados y dentro de las ideas presentadas apareció la de un medio impreso: “Un periódico que represente la juventud y que rescate muchos valores de nuestro pueblo”.

Después de un tiempo y de mucho diálogo, la idea del periódico fue aprobada por la administración, asegurando los recursos económicos para su publicación. Sin saberlo, estos jóvenes estaban haciendo parte de un movimiento comunicacional que se dio en Latinoamérica con mucha fuerza y era de la apropiación de los medios de comunicación por parte de los pueblos para su expresión y organización.

Es un periodismo comunitario que va más allá de informar y se involucra en el planteamiento y la solución de las problemáticas desde la comunicación. En Polonuevo ya se había vivido una experiencia de este tipo con el periódico “Adelante”, publicado en los años 60.

¿Cómo hacemos el periódico?

Aprobada la idea y asegurados los recursos, surge la pregunta: ¿cómo hacemos el periódico? Y es aquí donde recomiendan a Otto Mendoza, quien llevaba varios años trabajando en el Diario La Libertad de Barranquilla y por esos días tenía tiempo disponible.

Se dieron las primeras reuniones y se inició el proceso de organización.

En el Consejo de Redacción estaba Jorge Arcón (Q.E.P.D.) Edith Rendón, Jorge Luis Hernández, Farid Pedroza (Q.E.P.D.) Vladimir Pedroza, Alexander Pacheco, Alex Valencia, Óscar Villa e Inmaculada Mendoza, Secretaria de Programas Sociales.

¿Cómo se escogió el nombre del periódico?

Las reuniones se hacían en varios lugares, en algunas casas de los integrantes, pero el sitio central era el colegio María Auxiliadora, contando con los permisos y también, porque uno de los jóvenes cumplía allí funciones de celaduría. En una de esas reuniones el tema central fue darle el nombre del periódico. Cada uno de los integrantes fue haciendo su propuesta teniendo en cuenta que no fuera muy largo, impactante y de fácil recordación.

Cada nombre fue debatido, pero ninguno convencía a la mayoría, hasta que alzo la mano el joven Farid Pedroza (Q.E.P.D.) quien lo dijo sin presentación: “La X”. Sobrevino un silencio general y después de un tiempo se dieron las reacciones. Todos aprobamos.

Un aporte muy importante nos hace el ingeniero Rafael Villa Romero, quien hizo parte del grupo Bitácora: Para el nombre del periódico, debatimos los integrantes del grupo: Vladimir Pedroza, Alex Valencia Rojas, Gian Carlos Cantillo, Manuel Amador Ojito, Rafael Villa Romero, Farid Pedroza (Q.E.P.D.) y propusimos el nombre La X porque pertenecemos a la generación X. Farid, por ser nuestro representante, ya lo llevaba en mente, puesto que le habíamos dicho que cuando propusieran los nombres para el periódico, este sería el que sugeríamos, sin desconocer los aportes que pudiera dar Tercer Milenio.

¿Por qué La X?

El resultado de este ejercicio colectivo fue positivo, el nombre contenía todo lo que nos habíamos propuesto: no era largo, impactaba y con toda seguridad de fácil recordación, pero también era innovador, irreverente como los jóvenes.

Conociendo la motivación del nombre, quisimos agregarle una interpretación con el ejemplo de la máquina de escribir: la acción que se utiliza en un computador hoy día para corregir un error es Control-Z, en una máquina de escribir es tachar con la letra X los errores, y se seguía escribiendo lo nuevo y lo bueno.

La venta de la publicidad

Con el nombre ya definido se hizo la campaña de venta de la publicidad, pues se quería que este proyecto no muriera en el heroico primer número, sino que se mantuviera y fuera autosostenible.

Se hicieron las propuestas dirigidas al comercio y a los profesionales con precios módicos y logramos buenas ventas, esto nos permitió adquirir fondos para gastos como papelería, transporte y otros gastos necesarios para que el proceso funcione. Siempre se agradeció al comercio del municipio por el apoyo que brindaron.

El trabajo periodístico

Simultáneamente, se organizaba el trabajo distribuido entre los jóvenes de acuerdo a los temas planteados para la primera edición. Se organizaron equipos de trabajo que investigaron y desarrollaron una temática, era un trabajo colaborativo donde el objetivo era que el joven participara activamente en el trabajo periodístico, así mismo, recibimos colaboración de terceros que de alguna u otra forma impulsaron el proyecto.

Todo estaba dado para la primera edición del periódico, pero nos faltaba algo importante: la campaña de expectativa que nos permitiera llamar la atención de la comunidad hacia este producto editorial. ¿Cómo se planteó? ¿Cómo se realizó? ¿Cómo fue recibida? ¿Qué resultados tuvo? Pero este tema merece un capítulo aparte que prontamente daremos a conocer.