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El viacrucis de la Iglesia San Luis Beltrán de Polonuevo, una reliquia que tiene su historia

“El camino o vía de la cruz, marca también el camino a la salvación. Cristo, con la cruz a cuestas, lleva la humanidad entera para abrazarla en ella, morir con su mirada fija en el Padre y levantarse victorioso de la muerte.”

La expresión latina “Vía crucis” significa el camino de la Cruz, consta de 14 estaciones y cada una representa un paso de la Pasión que Jesús sufrió por la salvación de la humanidad, estas representaciones están basadas en los relatos evangélicos y las tradiciones. Algunos viacrucis, los modernos, tienen  una decimoquinta estación dedicada a la Resurrección.

Al entrar a la Iglesia San Luis Beltrán de Polonuevo por su puerta principal, nos ubicamos en la nave central y de inmediato dirigimos la mirada al Cristo de la Promesa quien domina la pared del fondo, luego otras dos imágenes nos llaman la atención, ubicadas antes del altar, a lado y lado del primer arco del presbiterio, los santos patronos San Luis Beltrán y San Pablo. En esa rápida inspección observamos las representaciones de la santa virgen María, pero nuestro interés se centra en las naves laterales, obligándonos a acercarnos para apreciarlo mejor.

Todo comienza en la nave lateral de la izquierda, antes del baptisterio, en lo alto de la pared está la primera estación de un viacrucis con unas características muy especiales que al verlo nos roba la atención, pues es una obra excepcional fruto de una gran inspiración religiosa y que fielmente cumple su función como arte sacro, destinado al culto.   

Son 14 piezas en yeso, con imágenes en alto relieve muy bien detalladas, que se convierten en una reliquia, y narran paso a paso, en escenas bien logradas y coloreadas al óleo, la pasión de Jesús.

Allí, en lo alto, en la nave izquierda, cerca la capilla donde está la pila bautismal, se encuentra la primera estación del viacrucis: “Jesús es condenado a muerte”, comienza así la Pasión del hijo de Dios. Nuestro pueblo dado a caminar esa pasión con fe, sigue el camino en busca de la segunda estación: “Jesús carga con la cruz”, y con nuestra cruz a cuestas, lo acompañamos en un recorrido contrario a las manecillas del reloj, que busca la pared de la entrada y luego cruza llegando a la nave derecha.

Nos azotan, se burlan de nosotros, caemos muchas veces y así nos levantamos, encontramos el sufrimiento de nuestras madres, pero también ese gran amor, que es reflejo del amor misericordioso del Padre, sin esperarlo recibimos ayuda y nos limpian las heridas del rostro como un acto solidario. En medio del sufrimiento por los clavos que nos unen al madero y la agonía cercana a la muerte, en un último aliento, pedimos perdón y nos estregamos a Dios, llegamos a la última estación, la decimocuarta: “Jesús es puesto en el sepulcro”. Así termina el recorrido del viacrucis en la nave derecha, junto a la capilla del Sagrario.

Este es el camino de la cruz en la Iglesia San Luis Beltrán, un recorrido que se realiza desde mediados del siglo XX, imágenes que acompañan las celebraciones litúrgicas y despierta la religiosidad de los polonueveros, pero además, trae consigo una historia muy interesante, sin exagerar, épica, donde los héroes son un cura y los feligreses de un pequeño pueblo que se propusieron traer del otro lado del mar, de la lejana Europa, 14 imágenes de la mejor calidad a un precio alto en su momento, para tener la satisfacción de orar y meditar en la pasión y muerte de Jesús con un viacrucis digno y propio.

Continúa.